¿Qué nos dicen las Escrituras respecto de la fe? |
“Con
frecuencia me pregunto qué pasa con mi fe. Pareciera que me encuentro
estancada. Las cosas no van ni bien ni mal. ¿Qué está pasando? Acáso no podemos
crecer en la fe. Le pido su apreciación, con base en la Biblia, sobre este
aspecto.”
L.J.M.
Respuesta
Por supuesto, la fe
crece. Eso es lo que nos enseñan las Escrituras. Para que podamos tener una
aproximación, le invito a considerar los siguientes puntos:
1. La Perseverancia
Las circunstancias
adversas y más cuando hemos emprendido un proceso de cambio, nos amenazan con
sacarnos del camino. Los obstáculos salen al paso cuando menos lo esperamos.
¿Quiénes resultan
vencedores? Aquellos que perseveran. Muchos lo intentan y es posible que
emprendan bien la carrera, pero a infinidad de quienes he visto creerse súper
espirituales, se dan por vencidos fácilmente.
El apóstol Pablo abordó
la situación de la siguiente manera: “¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero
sólo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar!”(1
Corintios 9:24, 25. Nueva Traducción Viviente)
Los ganadores en una
competencia, aun cuando lleguen últimos, son aquellos que perseveran; que no se
dan por vencidos a pesar de tener todo en contra. Trasladado a la vida
cristiana, aquellos que siguen creyendo y fieles a Cristo aun cuando el mundo
se les venga encima.
2. Ponga la mirada en Cristo
Los líderes cristianos
fallamos, las denominaciones cristianas fallan, las pautas que proclamamos como infalibles terminan fallando. ¿La
razón? El cuerpo de Cristo lo componemos seres humanos; pero más allá: nos
asiste el convencimiento de que somos súper espirituales y nos desprendemos de
la mano del Salvador.
El problema es que como
consecuencia de nuestros errores, muchas personas terminan yéndose de la
Iglesia y esto no es justo delante de nuestro amado Señor porque terminamos
enlodando con el mal testimonio, la obra del Reino.
¿Cuál es el consejo? Si
alguien yerra allí donde usted se congrega, no se deje arrastrar por la
situación porque quizá el más perjudicado al apartarse de la vida cristiana,
será usted mismo. Debe seguir adelante, puesta la mirada en Cristo como dicen
las Escrituras: “Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen
para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio
eterno.”(1 Corintios 9:25. Nueva
Traducción Viviente)
Ore por quienes han
caído en error y usted, prendido de la mano de Jesucristo, sin apartarse ni a
derecha ni a izquierda.
Con ayuda de Dios podemos crecer en la fe |
3. Nuestra meta: llegar al final
Es probable que en el
andar cristiano experimentemos ataques, burlas, oposición y la consecuencia
será el desánimo; pero no nos podemos dejar vencer como recomienda el apóstol
Pablo: “Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy
golpes al aire.”(1 Corintios 9:26. Nueva
Traducción Viviente)
Conozco a una joven
mujer cuyo esposo se burlaba cuando ella llegaba de la iglesia. “Miren a la santurrona”, solía decirle.
Varias veces estuvo tentada a no seguir adelante; no obstante, perseveró.
Incluso, oraba por la conversión de su cónyuge. ¡Hoy él es diácono de la
congregación!
Aun cuando nos
cuestionen por nuestra fe, es necesario seguir adelante como lo enseña el
teólogo alemán, Alsem Grün, señala que “…desde mi experiencia con la gente
considero que el principal clamor es la búsqueda de algo que le dé sentido a la
vida. Otro clamor tiene que ver con el
miedo, la presión que se siente con respecto al trabajo, a la familia, a la forma
como vivimos; el miedo a sentir que la vida no es exitosa. Y el tercer clamor
podrían ser las relaciones interpersonales en la vida de la pareja, en el
trabajo y con los hijos” (“Espiritualidad y sabiduría cristiana en tiempos de
búsqueda de sentido”. Revista Nueva Vida. Edición 52. Junio 2012. Colombia. Pg.
41)
4. Asuma nuevos principios de vida
La vida cristiana se
fundamenta en nuevos principios. Debemos asimilarlos en nuestra mente,
interiorizarlos, y reflejarlos en cuanto hacemos.
El apóstol Pablo
–utilizando la figura de la preparación a la que se somete un atleta—instruye
la importancia de darnos a esa tarea: “Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno
para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de
predicarles a otros, yo mismo quede descalificado.”(1
Corintios 9:27. Nueva Traducción Viviente)
Predicamos y ponemos en
práctica. Coherencia. Obrar en consonancia con lo que decimos.
Probablemente sienta que
se le dificulta cambiar o seguir adelante. No se de por vencido fácilmente.
Vuelva su mirada a Dios en oración, pida su guía y espere en Él, hasta que le
muestre el camino. Sin duda escuchará la voz de Dios y no se equivocará, como
enseña la conferencista internacional, Mary
Ruth Swope: “Dios en su sabiduría ha proveído maneras
para que nosotros probemos si realmente hemos oído la voz de Dios. No se
apresure en su orgullo o presunción con una palabra que quizá sea de “otro
pastor” y no de Dios. Esperando y probando, le ayudará a evitar errores.
Recuerde: Dios nunca está de prisa” (Mary Ruth Swope. “Escuchando en la
oración”. Swope Enterprise. Ee.Uu. 1987. Pgs. 76, 77)
Dios hará algo especial en su existencia, si depende de Él y sigue
avanzando, fundamentado en los principios que aprendemos cada día en la Biblia.
Puedo asegurarle que su crecimiento personal y espiritual será una maravillosa
realidad.
Hoy es el día oportuno para que le abra las puertas de su corazón a
Jesucristo. Puedo asegurarle que jamás se arrepentirá. Él será quien transforme
todo su ser. No deje pasar este momento y recíbalo en su corazón como su único
y suficiente Salvador.
Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a pastorfernandoalexis@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705.
© Fernando Alexis
Jiménez –
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