Todo cuando nos enseñan, debemos confrontarlo con lo que dicen las Escrituras |
En una de sus conferencias
aquí en Santiago de Cali, escuché que leía quincenalmente el material (Revistas
La Atalaya y
Despertad, entre otras) que editan los Testigos de Jehová y, aunque no los
criticó, dejó sentado que mantiene diferencias doctrinales con ellos. Yo
también he leído esos materiales, y no les encuentro ningún error doctrinal.
Ahora, otra pregunta: ¿Por qué lee usted esos documentos? Usted podría decirme
que errores tienen.
J.A.B., desde Santiago de Cali,
en Colombia.
Respuesta
Vamos por partes porque su
comunicación, aunque concisa, toca varios aspectos. En efecto, me llegan las
revistas y los libros que publican los Testigos de Jehová. Personalmente he tenido
amplios diálogos con muchos de sus miembros y, al igual que ellos han
respondido a mis preguntas, yo he despejado algunos de sus interrogantes
respecto al pensamiento y obrar del pueblo cristiano evangélico.
¿Por qué leo lo que escriben?
Porque no podría cuestionar –aunque trato de ser muy respetuoso en esos
aspectos sin dejar de expresar mis diferencias de criterio, por supuesto—sin
siquiera haber estudiado lo que plantean. Conozco muchas personas que se paran
junto a un púlpito a echar denuestos de las demás organizaciones sin tener
elementos de juicio.
Orígenes
El fundador de los Testigos de
Jehová, que inicialmente se llamaron Estudiantes de la Biblia , fue Carlos Taze
Russell en 1870. Este hombre brillante—sin duda—recibió un fuerte influjo de las
enseñanzas del gestor de la Iglesia Adventista
del Séptimo Día, William Miller. Inicialmente denominó a su organización como
“Sociedad de Tratados de La
Atalaya de Sión”, que conserva comercialmente hasta hoy. El
cambio de denomina ción para ser
identificados como grupo de creyentes, se produjo en 1931 cuando comenzaron a
llamarse “Testigos de Jehová”.
Anunciaron para 1914 el
advenimiento del Señor Jesucristo. Como no ocurrió físicamente, se justificaron
diciendo que se entronizó espiritualmente. Otras profecías faltas sobre la
terminación de este “sistema inicuo de cosas” se produjeron en 1915, 1918 y
1925.
A partir de entonces
evolucionaron con sus doctrinas, muchas de las cuales dicen que están amparadas
en las Escrituras pero que en esencia obedecen más a criterios bíblicos que a
fundamentos bíblicos.
Diferencias en cuanto a la divinidad del
Señor Jesús
Pero más que aspectos
relacionados con su historia hay algunas diferencias—de las que también he
hablado públicamente—que quiero compartir con usted y nuestros lectores. Los
Testigos de Jehová desconocen a Cristo. Cuando leemos traducciones diferentes de las que
ellos utilizan, encontramos por ejemplo que el versículo clave que se encuentra
en Juan 1:1 reconocen la naturaleza divina de Jesús mientras que esta
organización la
desconoce. Allí señalan que Jesús era un dios y
no Dios, como aparece en la mayoría de los textos que vierten los traductores.
De esta manera restan la adoración, reverencia y gloria que deben acompañar al
Señor Jesús, quien desde el primer siglo fue reconocido como de la misma
naturaleza que el Padre.
Toda enseñanza que compartimos debe estar fundamentada en las Escrituras |
En los registros novotestamentarios resultaba
sencillamente inconcebible adorar a alguien que no fuera Dios. El término que
se utiliza en Lucas 4:8 proviene del griego proskyneo que la Sociedad Wachtower
acepta, pero justo cuando este verbo se aplica a la honra que le rindieron los
primeros creyentes (griego proskynésan, en Mateo 28:17 y proskynésantes
en Lucas 24:52) lo cambian. Utilizan rendir homenaje cuando no es la traducción
correcta. Igual en Mateo 2:2, 8 y Juan 9:38. ¿Quién tiene entonces el
error?¿Qué argumentos hay para desconocer la naturaleza divina del Señor Jesús?
En normas elementales de traducción se encuentra que están faltando a su ética,
y eso no está bien.
Ahora, las Escrituras son claras cuando aseguran
que al Padre se le dobla rodilla (en honra y adoración) como aparece Efesios
3:14 y en Filipenses 2:9 esa misma honra se le rinde al Hijo, a Jesús.
Otros aspectos importantes a considerar se
orientan a la gloria
que recibe el Señor Jesús (Juan 12:36b-42), gloria que desde el Antiguo
Testamento aprendimos sólo se tributaba al Padre (Isaías 42:8; 48:11). Aunque la Wachtower insiste en
demeritar a Cristo, Él es la imagen del Dios vivo (2 Corintios 4:4). Ese afán
es el que les ha llevado a alterar muchos textos. Recuerde que en el texto que
acabamos de citar (2 Corintios 4:4) no se habla de que Jesús era una imagen
sino la imagen. El griego coiné utiliza el término eikon que traduce “imagen
autorizada”. Es la imagen misma de Dios.
¿Y qué del Espíritu
Santo?
Este es otro aspecto que merece consideración
aparte. Los Testigos de Jehová denomina n
al Espíritu como la fuerza activa de Dios. En su temeridad asocian al
Espíritu con formas de electricidad como la que impulsa a los
electrodomésticos. ¿Qué dice la
Biblia al respecto?
Uno de sus argumentos favoritos es que en las
Escrituras no hay ningún versículo que defina al Espíritu Santo como una
persona. La segunda es que lo identifican como una fuerza impersonal. Basta con leer la versión que hacen los
Testigos de Jehová en su Biblia de textos que citaré a continuación y que
refieren el obrar del Espíritu Santo para descubrir que, aunque buscan a toda
costa desvirtuar su divinidad, no pueden hacerlo con facilidad (Juan 14:26;
15:26; 16:13, 14; Hechos 11:12, 27, 28; 13:4; 15:28; 16:6; 20:28; 21:11; Romanos 7:14; 8:16, 26, 27; 1 Corintios
12:7-11).
Le invito para que haga las comparaciones con la
propia versión que utilizan los Testigos y encontrará que se exalta la divinidad
del Espíritu Santo.
Ahora, lo que dije en la
conferencia a la que usted asistió es que, en efecto leo todos los materiales
que ellos editan, no para estar en consonancia con sus preceptos sino para
tener elementos de juicio para decir las cosas.
Hay quienes simplemente
critican a otros sin bases. Yo no critico a los Testigos de Jehová, por el
contrario, respeto su nivel de organización, pero mantengo diferencias y
seguirán así hasta que Cristo Jesús regrese, justamente porque están sesgados
en su forma de ver al Hijo de dios y su divino Espíritu.
No tengo el espacio para
ampliar aspectos relativos a los errores de los Testigos pero considero que
podríamos en futuras actualizaciones de nuestra Website, tocar puntos sobre los
cuales no nos identificaremos jamás con estos creyentes que tienen presencia en
todos los países.
© Fernando Alexis Jiménez
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