Los estados depresivos nos impiden la felicidad |
“Desde hace dos años,
aproximadamente, vengo enfrentando estados depresivos. Me preocupa porque me
impide un buen desempeño en el trabajo. Incluso, el jefe inmediato, me ha
enviado a enfermería varias veces y la semana pasada me dijo que, si no mejoro,
informará a la gerencia. En casa tengo problemas, porque deseo estar sola. Y,
para serle sincero, los medicamentos no me han sido de mucha mejora. ¿Cómo
puedo encontrar ayuda?”
Respuesta:
¿Qué decirle? Que sin
duda, la depresión es uno de los males de nuestro tiempo. Afecta por igual
a millares de personas en todo el mundo.
Permítame compartirle
dos historias que, de por sí, le ayudarán mucho a darse cuenta que los estados
depresivos son comunes a muchas personas, sin distingo social, étnico o
religioso…
El que su hijo Jonathan
hubiese llegado temprano del colegio y, de inmediato, se encerrara en su
cuarto, no le pareció extraño a Ana María. Lo que despertó su curiosidad es que
pasadas las nueve de la noche, no hubiese bajado a tomar la cena. “Era un muchacho de buen apetito”, me
contó mientras limpiaba las lágrimas que surcaban su rostro.
Vivir depresivos no es el plan de Dios para nosotros |
Cuando abrieron la
puerta de la habitación, lo encontraron sin vida. Decidió quitarse la vida.
Sobre la mesa de noche dejó una carta en la que se quejaba de que sus padres no
le prestaban mayor atención. Esa sensación de estar solo en medio de muchas
personas, sumió a Jonathan en una terrible depresión, hasta tomar la decisión
fatal.
¿Qué es la depresión y cómo nos afecta?
Hoy se habla mucho de depresión.
¿Qué es y qué significa? Unas pocas líneas no podrían ser el espacio para
dilucidar el tema, pero en esencia podemos decir que es un trastorno del estado
de ánimo que puede presentarse en varias formas, y va desde leve hasta severa
cuando se prolonga por días, semanas y meses.
El estado depresivo
altera todas las áreas de la personalidad del sujeto como cansancio crónico,
fatiga, se aísla afectivamente, no encuentra placer en actividades que le eran
gratificantes, perdiendo la percepción del sentido de su vida gestando en su
mente la idea suicida.
La familia es esencial
en el proceso de identificar que se está presentando esta situación en una
persona, pero también para brindarle acompañamiento y ayuda, que en lo posible
debe reforzarse con la medicina.
Ahora, ¿pueden ayudar
nuestras convicciones de fe? Por supuesto que sí. Volvernos a Dios,
principalmente en oración, constituye una poderosa ayuda cuando vienen períodos
de depresión. Es volvernos al Señor, depositar toda nuestra confianza en Él y
saber que –por que tiene todo bajo control—nos llevará a salir airosos, no
importa la situación por la que estemos atravesando.
El autor sagrado
escribió: “¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan
triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi
Salvador y mi Dios!”(Salmo 42:5. Versión Traducción en Lenguaje Actual)
Debemos brindar acompañamiento a quienes están depresivos |
Quizá usted conozca
personas que, tras enfrentar una ansiedad o depresión, volvieron su mirada a
Dios. Ellos podrán testificar de qué manera reposar en Dios nos alienta para
seguir adelante y levanta nuestro estado de ánimo.
Ayuda en Dios
La ciencia constituye
una ayuda tremenda en estos casos, pero
los medicamentos no transforman el mundo interior de cada ser humano, que es
donde radica el problema. Jesús el Señor sí puede hacerlo, porque Él es quien
nos transforma y nos lleva a nuevos niveles, siempre.
Razón tenía el propio
salmista cuando escribió: “No confío en mi
arco ni dependo de que mi espada me salve.”(Salmo 44:6. Traducción en Lenguaje
Actual)
Podemos encontrar
paliativos en las diferentes ramas de la medicina, pero quien sana nuestras
enfermedades y trae equilibrio a nuestras emociones, es Dios. Es esencial que
nos volvamos a Él y rindamos nuestras preocupaciones, dolor, angustia o
incertidumbre, que son algunos de los fundamentos de la depresión. En Dios hay
salida al laberinto y sanidad para la enfermedad.
Desconozco cómo se
encuentra hoy, pero lo que sí puedo asegurarle, es que Dios permitirá que
supere esa situación que lo afecta y le permitirá ver de nuevo a luz, disfrutar
días soleados y valorar a quienes le aman y le rodean. Recuerde que en Dios hay
esperanza, paz y salida a las circunstancias difíciles.
Ábrale hoy las puertas
de su corazón, puedo asegurarle que no se arrepentirá…
© Fernando Alexis Jiménez
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